Hola chicos:
He creado esta nueva sección (#RelatosEróticos) para que os atrevaís a contar vuestras experiecias sexuales más íntimas, más vergonzosas, más ridículas, etc...
Para empezar el tema para esta primera tanda de relatos es que conteís vuestra primera experiencia homosexual, la primera vez que tuvisteis contacto con chicos fisicamente.
Atreveos a contarlo todo. Es anónimo!!!
Escribidlo en los comentarios
Gracias.
Fue a los 13 con un primo de 23 años, el se duchaba y yo lo miraba por debajo de la puerta y un dia me descubrio jejeje yo pensé que el se molestaría y se lo contaría a sus padres, al contrario me invitó a su habitación y le hice el sexo oral luego me penetró y a pesar de que fue doloroso fue algo demasiado intenso, ahora tengo 19 años y de vez en cuando nos vemos a escondidas porque el tiene esposa.
ResponderEliminarPero en realidad mi primera vez fue increiblemente especial, un sueño hecho realidad que no cualquiera cumple así de facil
Os voy a contar cómo perdí la virginidad con un chico hetero.
ResponderEliminarYo entonces tenía 16 años y él 20. Era un amigo de toda la vida, yo pasaba casi todas las tardes jugando en su casa con él y su hermano. Siempre me había gustado, moreno, guapo, cuerpo atlético, y una sonrisa preciosa en una boca muy apetecible.
Una tarde fui a su casa y estaba sólo. Me invitó a subir a la habitación porque estaba jugando al ordenador. Hasta ahí todo normal.
Pronto me di cuenta que prestaba poca atención al juego y que me miraba disimuladamente los muslos asomando por el pantalón corto. Recuerdo que él vestía pantalón de deporte corto y no llevaba camiseta. Su torso estaba marcado y asomaba un leve bello negro por su pecho.
Entonces ocurrió lo que nunca imaginé que ocurriría. Empezó a tocarme por encima del pantalón. Yo no sabía qué hacer, me quedé alucinado. El no decía nada, ni me miraba, sólo me tocaba. Le gustaba porque su polla empezó a crecer en su slip, era grande, muy grande. No pude aguantarlo y empecé a tocarle yo también.
Pronto la pasión fue tan grande que nos pusimos de pie y nos quitamos la ropa. Empezó a tocarme por todo el cuerpo, a besarme, a acariciarme. Estaba tan excitado!!!!!. Sin dejar de tocar mi culo se agachó y empezó a chupármela, la sensación fue nueva para mí, me quería morir de gusto. Chupaba y chupaba, yo casi no me tenía en pie, pero él seguía. Agarré su cabeza para disfrutar aún más, y él aumentó el ritmo al que recorría toda mi polla con su lengua, parando en el momento justo para no correrme en su cara.
Entonces yo agarré su tremenda polla y me la llevé a la boca, lamiéndola con una pasión casi enfermiza. Era grande. Casi no me entraba en la boca, pero la quería toda y me esforzaba por chuparla entera. La chupé y la pajeé mientras el gritaba de gusto, me encantaba oírle disfrutar. Chupé sus muslos, sus ingles, sus pelotas... todo. Me gustaba. Después se acercó a mí y me dijo: "Quiero que me la metas". Yo asentí y él se fue al baño un momento. Me quedé mirando cómo se alejaba por el pasillo. Su cuello rapado y moreno, su espalda perfecta, su culo redondo y terso, sus piernas atléticas. Era un ángel y yo tenía la suerte de estar viviendo aquello.
Cuando volvió se apoyó contra el armario y yo no pude esperar ni un segundo más, ahí de pie agarré sus caderas, lo atraje hacia mí y de un golpe le penetré. Sentí el calor de su cuerpo, la humedad de su culo que se apretaba contra mí .Fue espectacular. No podía dejar de moverme dentro de él. Le besé la espalda, le mordí el cuello, le acaricié, le pajeé, le abrecé fuerte contra mi hasta sentir sus jadeos contra mi pecho. El disfrutaba y me decía que no parara, lo cual me excitaba aún más. Sacaba mi pene de su cuerpo para volver a meterlo hasta el fondo y él se retorcía mezcla de dolor y placer. Sentí como llegaba al éxtasis cuando gimió, algo que no entendí y noté como su ano se apretaba a espasmos, entonces me corrí. Me sentía en una nube, no se puede describir ese momento.
Se giró hacia mí y me besó. Vi todo su muslo salpicado de su propio semen, su cuerpo perfecto con gotitas de sudor.
"Esto no debe saberlo nunca nadie, a mi me gustan las mujeres" me dijo, y se fue a vestirse.
Yo me quedé ahí de pie, me sentía aturdido, casi humillado, utilizado, pero totalmente satisfecho. Acababa de perder la virginidad con un tío espectacular, no me importaba que me hubiera utilizado para experimentar.
Desde entonces él tiene novia y nunca hemos hablado del tema, lo recuerdo todo de la forma especial que se recuerda la primera vez y sigo con la curiosidad de si fue solo un momento de calentón o que realmente le gustan los hombres.