Relato gay: Follado por mi padre y un follamigo bombero.


No parábamos de follar a diario. Era levantarme, y tenía su estupendo rabo en mi boca esperando entrar en mi culo, ya adaptado a su pollón. Pero yo estaba empezando a cansarme, y necesitaba follar con alguien más, aparte de mi padre.  
...




Un día en Bender ví a un vecino de 27 años, sabía que era bombero, pero no que era gay, así que le entré. Me contestó diciendo que fuera a su casa y así hice. Su manera de recibirme en bolas, ver su cuerpazo musculado, su 1,85, su cara con esos ojos verdes y su deliciosa boca con su pollón recto y venoso de 21 cm, me hicieron agacharme inmediatamente y pertenecer a él.



Mis días eran follar por las mañanas con mi padre, y por las tardes con Matías el bombero.



Un día estaba muy cachondo, y mientras estaba mamandosela a Matias y él a punto de correrse en mi boca, me imaginé a mi padre reventándome el culo a pelo como sólo él sabía hacer. Matias y yo llevábamos semanas follando, hasta que me dijo que sabía que algo me rondaba mientras follaba con él, así que no dude en decirselo.



Cuando se lo conté, pensaba que le iba a molestar, pero ocurrió todo lo contrario, me folló como nunca antes lo había hecho. Al principio me besó, notaba su larga lengua recorriendo toda mi boca, y como su polla a la cuál le quedaba poco para inundarme el culo...



Ahora quedaba mi padre. Esa misma noche, le hice según él la mejor mamada de su vida, y me tragué su leche. Cuando volvió a ponerse cachondo me empezó a ostiar, a lapear y a mear hasta que volvió a correrse en mi boca. Tras quedar los dos rendidos en la cama decidi contarle que tenía un follamigo bombero desde hacía 4 semanas y que quería hacer un trío... Sin pensarlo me dijo que le invitase.



Cuando se vieron, mi padre le pegó un puñetazo en la boca a Matias, y él se defendió, parecía que iban en serío, pero solo era un juego sexual, se pusieron tan cachondos mientras se pegaban ostias que se levantaron y me empezaron a mirar lascivamente mientras me avisaban de lo que me esperaba...



Matías empezó a desnudarme mientras mi padre me sujetaba por la espalda. Veía como sus enormes pollas querían entrar en mi culo y lefarme entero. Cuando me quitó el pantalón, mi padré me obligó a agacharme y comencé a mamarles el rabo mientras ellos se morreaban sin descanso. Mamaba entero un rabo y cambiaba al otro, así hasta que Matías se corrió. Me llenó la boca, pero no era suficiente así que le supliqué que me meara. Iba a ser la primera vez que me mease, y así lo hizo sin ningún tipo de pudor. Todo esto delante de mi padre, el cuál no paraba de pajearse. 



Al final, llegó el momento. sus rabos se peleaban por hacerse un hueco en mi culo y correrse dentro. Pero ¿Por qué pelearse cuando podían follarme los dos a la vez? Mi padre se puso debajo y Matías encima. Primero una polla y luego la otra. Gemí de dolor como nunca, hasta que el desgarro era tal, que el dolor se convirtió en placer. Era lo que estaba deseando hace días, tener sus pollones en mi culo. No aguante mucho, ya que estaba super cachondo... a los pocos minutos de la doble follada me corrí. Esto desencadenó que mi padre primero y luego Matias se corriesen dentro de mi. Yo notaba como salía a chorros sus lefas por mi culo. Las saqué despacio y empecé a limpiar mis pollas hasta dejarlas sin una gota de semen...



A día de hoy, Matías, mi padre y yo vivimos juntos.
FUENTE: www.cruisingmad.com
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