Era una mañana de domingo del mes de Agosto y me disponía a realizar
una excursión por la montaña, (me encanta pasear por la montaña) iba muy
bien preparado, con un bocadillo y una cerveza en la mochila, un par de
preservativos y por si acaso y un sobre monodosis de lubricante.
En la estación de Barcelona Sants, me monté al tren y en la primera
parada que realizó, subió un hombre rapado, con ojos azules y piel
morena.
- Muy buenos días. – me dijo sonriendo, mientras ponía su mochila en la bandeja para el equipaje – ¿Esta mochila es tuya?
- Sí, es mía, – respondí- me voy de excursión.
- Que casualidad; yo también… Me llamo José. – me dijo mientras me extendía la mano cordialmente.
- Yo soy Gorka; encantado, – contesté mientas hacía lo propio.
José se acomodó, sacó una botella de agua y me preguntó.
- ¿A dónde te diriges? – preguntó con interés.
- No lo sé, creo que me bajaré en alguna parada entre La Garriga y El Figaró, conozco algún sendero por aquella zona
- Ah, genial. – contestó José guiñando un ojo – ¿Vas tú sólo?
- Sí tío, mejor sólo que mal acompañado. – y mientras me sonrojaba le pregunté -¿Quieres venir conmigo?
José, se quedó pensando y con una carcajada respondió.
- ¡Me encantaría!
Durante la media hora siguiente, hablamos sobre nuestras aficiones,
gustos y al llegar a la estación de El Figaró, un pequeño pueblo de
montaña, bajamos del tren y emprendimos el camino hacia la montaña.
- Hace un muy buen día, ¿no crees Gorka?
- La verdad; es que es el día perfecto para ir de excursión, – contesté – sobre todo en tan buena compañía
- Lo mismo digo, y… ¿tienes novia Gorka?
- No – le dije con la boca pequeña.
- Yo sí, -dijo él- llevo casi dos años con ella, pero de vez en cuando, me gusta hacer alguna que otra excursión en solitario.
- Te apetece que paremos, y comemos el bocadillo y charlamos más tranquilos – le dije.
- Vale, que ya llevamos un buen rato andando y nos irá bien recargar las pilas.
Buscamos dentro de bosque un par de piedras grandes en las que
sentarnos y tras encontrarlas, saque de mi mochila un mantel de ” picnic
” el bocata y la cerveza, pero accidentalmente, cayeron los
preservativos, afortunadamente, José estaba de espaldas, orinando y no
se cercioró.
- Hace algo de calor, ¿te importa si me quito la camiseta?
- Para nada nen, cómo si te quieres quedar en gallumbos -, le dije en broma.
- Mejor, así se secará el sudor.
Al
quitarse la camiseta, dejó ver un torso tatuado y musculado, uno
abdominales perfectamente definidos y tras extenderla sobre una de las
rocas, se desabrochó los pantalones, se los bajó, dejando ver una
incipiente erección de un descomunal rabo e inevitablemente, mis ojos se
clavaron en su paquete.
- ¿Tú no te desnudas? – me preguntó – así estaremos más cómodos; seguro que tienes un muy buen cuerpo.
Entonces me levanté, me quité la ropa y antes de darme la vuelta,
noté cómo la lengua de José, recorría mi cuello y su mano bajaba mis
slips y acariciaba mis nalgas mientas notaba como su polla, se ponía
dura. Entonces me giré y empezamos a comernos la boca cómo locos, me
arrodillé y empecé a chuparle el rabo, y los huevos.
- Joder Gorka, que bueno…
Al oír eso, me levanté, cogí el condón de la mochila, lo abrí y se lo
puse; él me dio la vuelta y noté su lengua clavándose en mi culo, la
del lubricante, me lo puso y empezó a penetrarme, primero poco a poco,
acompasado y al ver que yo, disfrutaba y le decía…
- ¡Fóllame más fuerte tío! – mientras gemía de placer
Dicho y hecho, empezó entonces a combinar movimientos rápidos y lentos y en el momento en que se iba a correr gritó.
- ¡Me corro cabrón!
La sacó, se quitó el condón y ambos nos masturbamos mientras nos
besábamos y tras corrernos, comimos los bocadillos, recogimos todo y
regresamos a la estación de tren, pues ya habíamos hecho suficiente
deporte.
Al llegar a Barcelona y pedirle el número de teléfono, me recordó que tenía novia.
- Nos veremos en otra “excursión” guapo.
Desde aquél día, no hay domingo en que José y yo vayamos de ” excursión por la montaña”.
Protagonista: Gorka
BLOG DE GORKA
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